El Muertho de Tijuana – Kalmathe Satanás

En el ​Muertho​ de Tijuana vive en la intersección sarcástica de todos esos estigmas mexicanos que se la han pasado desfilando por décadas. Al averno la homofobia, el dogma religioso, y el machismo. Y mejor la nobleza que hay en la magia inocente de una cajita de ritmos, a ver si Satán quiere venir a bailar. A ver si se puede ablandar.

El minimalismo ​synth​ ​de la música, cruzada con el humor negro sus gotas líricas, más un par de ​bototas​ para pisar esas ​culebrotas​, hacen de ​Kalmathe​ ​Satan​á​s​ el paraíso homoerótico que necesitan todos esos ​machirrines​ que siguen por ahí.

Canciones de desamor como Drogadicción, o guiños queer/feministas como El Harém de la Mujer son, además, espacios perfectos para bailar de frente al espejo. Y tenerla bien adentro para estar bien contento.

Al final, sin que esa haya sido la intención directa del ​Muertho​, la potencia que hay en la simpleza de sus ​beats ​con ese bombo sintético, la textura corrosiva de su voz gruesa, pidiéndole a Lucifer que se aparezca, también conectan perfecto con la tradición cruda del punk o el rock del subsuelo mexicano. Por ahí hay colaboraciones interesantes como Alejandro ​Rosso​ de Plastilina ​Mosh​, por ejemplo.

La obscuridad de su humor, y el espíritu de un ​dancefloor​ ​comandado por su ​ratita bisexual, son para llevar la fiesta en paz, mi ​tremendisismo​ Satán.

Quédense a celebrar misa con el ​Muertho​ de Tijuana.